20 dic 2013

Nadine Gordimer: Un invitado de honor (a propósito de Mandela)

Ayer se apagó una de las luces más lúcidas de la literatura universal. Su memoria nos recuerda que las letras, lejos de crecer en un árbol único, en el centro de Europa, se han desarrollado en tantos lugares, tan bellamente y con tanto vigor que sólo queda admirar, y en este caso, llorar. 

Nadine Gordimer apagó su luz, dormida en su cama, junto a su familia. Escritora de constante lucha contra el racismo en su país (Sudáfrica), siempre veló por el espíritu dramático y político que es inexorable de nosotros, los seres humanos. Hoy quisiera despedirla, desde mi habitación, un pequeño rincón en este México tan grande, como un admirador, uno más, de los miles que la leyeron y en ella encontraron una maestra, tanto del valor del humanismo como de la sobriedad de la prosa y la poesía. Descanse en paz nuestra señora. 

A continuación dejo una reseña del primer texto de la autora que llegó a mis manos: 

Como una coincidencia con la muerte de Mandela, empecé a leer una obra que encontré en un puesto de libros en oferta, obra que explica, a grandes rasgos, lo que implica una revolución contra el sistema colonial, impuesto en la mayor parte de África. Había oído antes de la autora: una de las voces más lúcidas de la literatura africana contemporánea, Nadine Gordimer. Sudafricana, crítica del apatheid, es famosa, además de su prosa sobria y su enorme conocimiento de la política  y de la literatura universal, por haber ganado el Premio Nobel de Literatura, un año después de haberlo recibido el mexicano Octavio Paz. 

Un invitado de honor es una novela que describe las vivencias políticas y emocionales del coronel Bray, un hombre que fue exiliado por apoyar un movimiento revolucionario a favor de la independencia de un país africano, territorio cuyo nombre nunca se menciona (pero por las características de éste, se intuye que es un resumen de varios terrenos del continente negro con problemas similares). Gordimer narra, en un a novela larga, el común denominador del peligro de la emancipación de los regímenes coloniales: la corrupción del gobierno que no puede despegarse de su brazo armado y por el contrario de lo que se esperaría, traiciona las esperanzas del pueblo al convertirse en un monstruo tan autoritario o más del que originalmente se quería librar. 


Novela de un contenido directo, altamente político, describe los problemas estructurales  de una nación que sufre de una continua inestabilidad, siempre con la presión de las empresas extranjeras (las del hombre blanco), las cuales quieren apoderarse de los recursos locales. Los personajes, por otro lado, están muy bien construidos, los procesos cercanos (de la mano de figuras importantes para el país), ejecutan una transformación lenta en la personalidad de los implicados, humanos sensibles y constantemente analíticos de su entorno. 


Altamente recomendable para el público que quiere entender no sólo una parte muy general de las luchas africanas por las independencias, sino también para quien desee descubrir el lado humano y emocional de la política, que inexorablemente influye en las decisiones de las naciones del mal llamado Tercer Mundo. 


El encantó de la novela lo encontré, personalmente, en la seriedad con las que son abordados todos los temas del libro, desde el amor hasta la revolución, sin adornos ni pretensiones metafísicas. Tengo que agregar que  identifiqué en esta historia un tema muy local en mi país (México) "hay que quitar a ese hombre del poder porque no cumple con los ideales de la revolución" parafraseando un diálogo de la autora. Dejo dos citas del texto que me parecieron preciosas: 



"El fuego está en las mentes de los hombres, no es los tejados de las casas" 


"Se apoderó de ellos el consuelo de estar (en el sentido de un estado de ser) tan juntos; algo perfecto e irrazonable, desesperadamente transitorio en su absoluta seguridad"






¡Por cierto! Les dejo el enlace de algunos de sus artículos publicados en El País: http://elpais.com/autor/nadine_gordimer/a/

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